Apenas despuntaba el sol sobre el cielo claro de Mérida cuando la Feria Yucatán Xmatkuil 2025 despertaba de su propia fiesta. Las luces que hasta hace unas horas iluminaban la alegría de familias y amigos se apagaban lentamente, dejando paso al brillo dorado de la mañana. No quedaba rastro del bullicio nocturno: los pasillos, impecables; las plazas, en orden, como si la celebración hubiera sido solo un sueño.
Entre aromas de tierra húmeda y el eco distante de los juegos mecánicos aún dormidos, el trabajo silencioso del personal de mantenimiento se hacía evidente. Baldes, escobas y sonrisas tejían el discreto milagro de un amanecer limpio, seguro y hospitalario. Así, cuando los primeros visitantes crucen las puertas de los días de feria , encontrarán un recinto listo para volver a latir con risas, música y el eterno espíritu festivo de X´Matkuil.
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